EL CORREO DE ANDALUCÍA
SEVILLA ALCALÁ DEL RÍO
El aloe vera como filosofía de vida
Propietarios de Vegaloe. Alfonso, José Enrique y Manolo son tres emprendedores de Alcalá
del Río que, «para hacer algo nuevo en la agricultura», se lanzan a la producción y
comercialización del aloe vera.
Alfonso (agachado) y José Enrique Mazuecos (de pie), en la plantación de aloe vera. / F. J. D.
Francisco J. Domínguez
FRANCISCO J. DOMÍNGUEZ /ALCALÁ DEL RÍO /
06 SEP 2015 / 15:36 H.
Las primeras décadas del siglo XX afincaron a la familia Mazuecos a Alcalá del Río. Emigrando
desde Valderrubio, antigua pedanía de Pinos Puente en Granada, trajeron a la Vega del
Guadalquivir nuevos usos y cultivos agrícolas, emprendiendo una desconocida labor en la
producción de la alcachofa o el tabaco, por ejemplo. Un siglo después, el espíritu emprendedor de
los abuelos granadinos vuelve a aflorar en los nietos alcalareños. Alfonso, José Enrique y Manolo
Mazuecos son la base y el sustento de un innovador proyecto empresarial, Vegaloe, dedicado a la
producción y comercialización del aloe vera como fuente de innumerables beneficios, usos y
aplicaciones.
En el inicio de este proyecto se encuentra la «voluntad de querer hacer algo nuevo en la agricultura». Alfonso es agente de desarrollo local, y por su trabajo está habituado a conocer proyectos y vislumbrar la viabilidad. Por eso, aparte de los potenciales que del aloe vera se prodigan en internet, ha sumado a esta opción «nueva, distinta y que genera expectativas» el acceso a estudios científicos, asistencia a jornadas, visitas a explotaciones similares y un largo etcétera de prolegómenos para llegar a concluir que la opción podía ser viable. De sus siete hectáreas, propiedad de los tres hermanos y dedicadas al cultivo de maíz, decidieron dedicar una al aloe vera, de modo que las seis restantes siguieran generando beneficios y pudieran sustentar el nuevo proyecto, cuyo nombre comercial conjuga el producto a la rica zona agrícola donde se enclava. Con José Enrique como trabajador principal –aunque todos aporten–, en la primavera de 2014 ponen en marcha la plantación, con la preparación del terreno y adquisición de los elementos necesarios –malla de sombreo, riego localizado y plantines–. Su cultivo es ecológico, tranquilo y pausado, requiere una actitud particular para asumir los tiempos. Pero además «el aloe encierra una filosofía de vida detrás», una dinámica que pasa por una alimentación y nutrición «correcta, adecuada y equilibrada», con hábitos de vida saludables. «Tiene más vitamina C que las naranjas, tiene más hierro que las lentejas», por eso su intención es conseguir que «por todo lo que ofrece y aporta, sea habitual ir a la frutería y comprar aloe igual que cualquier otro tipo de fruta o verdura». En su explotación cuentan con 5.000 plantas, de un año y medio, que sumadas a las buenas condiciones del terreno agrícola y el «trabajo personal, tratándolas con mucho cariño y dedicándoles muchas horas», ha hecho que la producción se haya adelantado a lo habitual. Cuando lo normal es empezar a comercializar las hojas «en torno a los dos o tres años», ellos han comenzado a comercializar al año. Su producción igualmente destaca por el tamaño y peso de las hojas, que «llegan a superar el kilo, cuando suelen estar en los 800 gramos». De entre las distintas opciones para su comercialización, en estos inicios apuestan por la venta de la hoja, de forma directa y cercana en fruterías y establecimientos de productos ecológicos. No hay canales abiertos ni distribuidores que compren el producto a gran escala, por ello tienen que «buscarse la vida» planteándose formas alternativas para la venta. Un nuevo punto de vista que enlaza también con aquella referida filosofía de vida propia del productor, comercializador y consumidor de aloe. Se habla de este producto como «milagroso» y, a pesar de ello, es un mercado aún por explotar. La ventaja que tiene es la potencialidad: «Tiene aminoácidos, proteínas, vitaminas, minerales, fibra... es la planta medicinal más completa que existe». Actualmente ha tomado auge como complemento sobre todo para la alimentación, además de sus propiedades curativas. «Se usa desde tiempo inmemorial, pero siempre se ha mantenido en un uso local», y en sus expectativas está hacer extensiva tanto su producción como su consumo. Sus planes de futuro son «llegar a proporcionar un producto con el valor añadido de la calidad que le supone su cultivo en una tierra rica como la de la Vega, con un clima privilegiado, con más calidad, más cercano y más controlado». Como explica Alfonso, «algunas fuentes relatan que Alejandro Magno en su expansión por el mundo cambia bruscamente su trayectoria conquistadora para tomar una zona rica en aloe vera, para abastecerse de un material indispensable para la subsistencia de sus tropas». Ahora son estos hermanos con ánimo emprendedor los que apuestan por una filosofía de vida saludable con el aloe vera como cabecera.
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